Mateo 10:35-36 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos .Él les dijo: ¿Que queréis que os haga? Ellos le dijeron: concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.
Cuantas veces los hijos de Dios, así como Jacobo y Santiago seguimos a Jesús buscando una posición, buscamos que se nos reconozcan, que se nos vea como el más ungido, como el más espiritual. Que al entrar a un lugar, poder llamar la atención de las miradas, y que al hablar, la gente se quede impresionada.
En el mundo todos buscan reconocimiento, simplemente echemos un vistazo a las redes sociales, que al subir una foto, un comentario, nos ponemos muy contentos cuando alguien pone un «me gusta», porque te sentiste aprobado, y más cuando hay comentarios bonitos de tu publicidad, porque muy dentro de nuestro ser, buscamos ser reconocidos, ser vistos.
Lo contrario, subes algo, y nadie puso un “me gusta”, nadie de tu familia, ni de tu iglesia, ni de tus amistades, y te sentiste menospreciado. Y cuando llegas a un lugar, piensas que a todos les caes mal, y empiezas actuar a la defensiva, o te empiezas a deprimir pensando que a nadie le importas.
La gente que vive para este mundo se va de compras constantemente, para lucir mejor, esperando que alguien les diga algo de su nueva adquisición, ¡Como si todos supieran que lo que traen es nuevo! En el caso de las mujeres ir a una estética, cambiar su imagen, salir de ahí, sintiéndose la modelo más cotizada, ¡Para que nadie le diga nada! Para ellas es fatal, es para deprimirse.
En caso de los hombres, comprar el carro del año, subirse a él, ¡Y que nadie les diga nada! Ni el típico comentario que el olor a carro nuevo es lo mejor. Infinidad de cosas que busca el hombre para ser reconocidos.
Y en la iglesia no es la excepción, nos gusta que el pastor nos reconozca, nos tome en cuenta, nos gusta que la gente hable bonito de nosotros, que nos diga que bien oramos, que bien hablamos, que bien servimos, que bien predicamos, que bien cantamos.
Todos buscamos ser reconocidos, todos buscamos ser aprobados, todos buscamos una posición, todos buscamos que se nos dé un lugar especial, cuando no se tiene la mente renovada, cuando no tenemos la mente de Cristo.
Pero Jesús siempre está enseñándonos. En este mismo pasaje Jesús les contesta. No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizados? Se los voy a parafrasear; a ver Jacobo y Juan (tu puedes poner tu nombre), por que mejor no me pides, pasar por lo que yo estoy pasando, y si tengo que tomar un trago amargo, también tomarlo ustedes, y si tengo que morir a algo, también tengan que morir ustedes. ¿O acaso no saben lo que representa el bautismo? Representa la muerte a este mundo, y la resurrección, una vida caminando en el Reino.
Por qué mejor no me piden, pasar las mismas persecuciones, porque no me piden entregar sus vidas, su tiempo a las cosas del reino, porque no me piden morir al pecado.
Mira la gente de este mundo buscan enseñorearse, busca el poder, la fama, el sobresalir, pero en las cosas del reino son distintas, el que quiere ser grande, será el pequeño, el que quiera ser primero buscará ser el último.
Ceder para que otros pasen, dejar tus derechos para que otros disfruten, el único lugar que deberíamos buscar es el de habitar en su presencia y si habitamos en su presencia sabremos querer y anhelar lo que el anhela.
Jesús termina diciendo » Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. « ¿Yo Busco sobresalir?, ¿Me gusta que me tomen en cuenta? , o ¿Busco servir, entregar mi vida, aunque nadie vea?
Seamos esos siervos, que busquen desesperadamente las cosas del reino, que no busquen un lugar especial como en el mundo, ni palabras de aprobación, ni posiciones que quieran llenar su corazón, si no que busquen agradar a Dios siendo siervo de todos.
¿Sabes que Dios ya te dio un lugar, una posición? «Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,» Efesios 2:5-6 RVR 1960.
La palabra dice: «nos hizo sentar». Él ya te dio una posición, un lugar y este no tiene nada que ver con este mundo, esta es mucho mejor que todo lo que el mundo te pueda ofrecer, tu posición esta en los lugares celestiales con Cristo Jesús.
Dios me los bendiga
Pastores Víctor y Berenice Vargas
Me gusto mucho que se este publicando estos mensajes, vale la pena servirle al Señor y esta es una buena manera de llegar a la gente, y dar el pan de cada día.
Bendecimos la vida de nuestros pastores y reconocemos verdaderamente que este medio es de gran bendición para estarnos alimentarnos con los devocionales diarios que recibimos creemos que seguirá siendo un conducto de bendición para muchas personas sedientas de conocer de Dios.
Renovar nuestra mente y morir a la carne, con gran sabiduría de nuestros Pastores, que Dios usa enormemente para guiarnos, instruirnos para tener la mente de Cristo, ser humildes, como Cristo nos enseña en su ejemplo, Dios bendiga en todo momento a nuestros Pastores