«La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.» Proverbios 18:21
Que importante es lo que sale de nuestra boca, porque cosecharemos todas las consecuencias de ella, ya sea de vida o muerte.
De repente no nos damos cuenta todo lo que sale de nuestra boca para nuestros seres queridos, todo lo que declaramos en ellos y en nosotros. Y no me refiero a la doctrina de los decretos, si no a nuestro estilo de vida diariamente, que es lo que constantemente repetimos, para ellos y para nosotros, y todavía esperamos cambios en los demás, cambios en nuestra vida, si nosotros somos los causantes de cada resultado.
Declaraciones como estas cada día : » eres un desordenado» , «flojo» , » ya no te aguanto» , «egoísta» , «siempre te enojas», «puras tonterías hablas» , «mediocre», “eres un amargado(a)” , «ya empecé mal mi día» , «que gordo(a) estoy» , «que fea me veo» , «que viejo estoy», «que cansado» , «ya no soporto» , «quisiera correr de aquí» etc, etc, y en la lista le puedes seguir añadiendo; y todas estas palabras vestidas de aspereza, menosprecio y enojo.
La palabra me enseña que de acuerdo a lo que sale de ella será nuestro resultado. Dice que el que la ama comerá de sus frutos. Podríamos meditar y hacernos una pregunta, que frutos estamos comiendo cada día? Desanimo, apatía, amargura, rencor, ira, miedos, celos, envidia, contienda, frustración, tristeza, perversión, engaño, y la lista es larga, o amor, bondad, benignidad, misericordia, templanza, gozo, paz?.
Los frutos que comas dependerán de tu lengua; que fruto estas comiendo? fruto de maldición o bendición; será que de tu boca sale agua dulce, y salada?. La palabra dice que no puede salir dos aguas diferentes a la vez de una misma fuente, o es una o es la otra, cuál es la tuya.
«Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.» Santiago 3:12
No esperes resultados distintos en los demás, ni tuyos, si estás sembrando puras cosas malas, no esperes frutos de paz, si siembras ira, no esperes amor, si siembras rencor. Ni la higuera produce aceitunas, ni la vid higos.
El mismo Jesús nos enseñó en Mateo 15:
«No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Y versículos más adelantes explica a sus discípulos, Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.»
Dios nos llama a un arrepentimiento y el arrepentimiento significa un cambio total en nuestras vidas, en nuestras actitudes, en nuestras emociones, en nuestros pensamientos, en nuestra manera de hablar para con uno y para lo demás. En nuestro corazón. Y dice que nos convirtamos a Él, que nos volvamos a Él, eso significa que empezaras a tener el pensamiento de Él, las actitudes de Él, y hablando y confesando a los demás lo que El desea para con uno, lo que quiere para ti lo quiere para tu prójimo.
Por eso es tan importante lo que sale de nuestra boca, pues empieza a dar fruto.
Del fruto de la BOCA del hombre se llenará su vientre; Se saciará del producto de sus labios.
Proverbios 18:20
El alma del que trabaja, trabaja para sí, Porque su BOCA le estimula.
Proverbios 16:26
¿Cuál es el resultado de tu trabajo? Tu trabajo en casa, con tus hijos, con tu esposo (a), con los hermanos de la iglesia, en tu ministerio, con tu pastores, con tus líderes, con tus padres, con tus amigos.
¿Qué sale de tu boca para cada área en la que tú te esfuerzas, en la que tú trabajas? ¿Te provoca desespero o angustia alguna área de tu vida? Si hay angustia, es porque no haz cuidado tú boca, ni tú lengua.
El que guarda su BOCA y su lengua, Su alma guarda de angustias.
Proverbios 21:23
Dios nos llama a tener vida y no muerte, El desea derramar de su gracia para con nosotros, todos los días.
Las palabras de la BOCA del sabio son llenas de gracia, más los labios del necio causan su propia ruina.
Eclesiastés 10:12
Empecemos a tener una vida prospera, llena de victoria y no de ruina, el cambio en los demás empieza en nosotros y mucho depende de lo que sale de nuestra boca porque esto es lo que hay en tu corazón. Deja de hablar mal de ti. Dejemos de hablar mal de los demás, porque tarde que temprano esas mismas palabras te alcanzarán y comerás de ellas.
Anhelamos que tú lengua este llena de amor, pureza, sabiduría, templanza, perdón, de muchos frutos buenos en ti, y estos sean agradables y benditos para contigo y los demás.
Dios te llene de bendiciones y cielos abiertos para tu vida, con cariño
Pastores Víctor y Berenice Vargas.